Entre 1906 y 1908 Lucas Villamil, hijo de Eugenio Lucas Velázquez, fue encargado por Lázaro Galdiano y Paula Florido la decoración de los techos de las estancias para el Palacio Florido, en construcción desde 1905. Así, el entonces casi desconocido pintor elaboró un lienzo de grandes dimensiones para cada habitación que luego se adhirió a los techos con una técnica llamada "marouflage", que consiste en la unión de un material más liviano, como papel o tela, a otro más resistente, como madera o muro. Cada uno de estos lienzos representa los intereses de los habitantes del palacio y las funciones de las salas en las que se ubicaban. 

El edificio cuenta con medidas de accesibilidad para personas con movilidad reducida, conforme indicaciones de la propiedad.

Requiere inscripción previa
Aforo 25

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